TRUCOS Y CONSEJOS CON LA (V)
VACACIONES
La partida excita, alegra o inquieta al perro. Es un cambio, y por consiguiente inquietante, pero se produce en un clima festivo y, por lo tanto, también jubiloso.
O se lo lleva con usted, lo que no plantea ya problemas, salvo en la playa o en el camping, o se lo deja usted a un amigo. En ese caso, piense que si tiene hijos será preferible una pareja con hijos. Si no los tiene, haga lo posible para no dejarle en casa de unos amigos que tengan niños. Hay también excelentes residencias donde será bien tratado. Su veterinario, como su criador, están en condiciones de sugerirle alguna.
CONSEJO
Por regla general, cuando llega al lugar de vacaciones el comportamiento del perro cambia. Puede ladrar mucho y volverse más pegajoso que de costumbre. En cualquier caso, orinará abundantemente para tomar posesión de los alrededores y, de ese modo, tranquilizarse. Ocúpese de él y no le riña: no serviría de nada salvo para aumentar su inquietud.
VACUNAS
No desdeñe las vacunas. Cuando se marche al extranjero, pero también para su propia
seguridad, hágale vacunar contra la rabia, y repítalo cada año. Debe estar regularmente
vacunado, a las 7 semanas, contra la parvovirosis,
la leptospirosis, la enfermedad de Carré
o moquillo y la hepatitis contagiosa.
Es necesaria una segunda revacunación
un mes más tarde. Si el perro vive en un piso,
VERDURAS
A diferencia del hombre, el perro no digiere las verduras, o las digiere mal.
Las legumbres secas feculentas (judías), hortalizas como la patata o los cereales (arroz, trigo) contienen granos de almidón que no puede digerir sin más (un perro alimentado sólo con patatas muere al cabo de tres años). Esos granos de almidón producen fermentaciones y coprofagia (véase esta palabra).
Las verduras no son más digestivas, sirven, gracias a su celulosa, para formar fibras, que
producen hermosas cagarrutas. Además, con
tienen potasio, magnesio y vitaminas solubles. Por lo tanto se precisan muy pocas, y lo mismo ocurre con los alimentos industriales.
CONSEJO
Así pues, el tradicional "carne-arroz-zanahorias" es un condumio aceptable, sin más, para un perro. Resultará malo si se acumulan estos
tres errores: carne sin grasa, arroz mal cocido y
exceso de zanahoria.
VERGÜENZA
La vergüenza es un sentimiento de
culpabilidad que implica una moral. Así pues, el
perro no debería sentir vergüenza. Tiene en cambio sentido del ridículo (véase esta palabra) y detesta que se burlen de él.
Si nadie puede afirmar que el perro tenga
vergüenza, en la medida en que ignoramos su grado de conciencia, algunas de sus actitudes evocan de todos modos ese sentimiento, por
ejemplo cuando ha robado o hecho alguna tontería en ausencia del dueño. En ese caso, se tiende en el suelo, agacha las orejas, desorbita los ojos, tiembla, mete la cola entre las patas.