El Truco del Ladrillo
Sostén un ladrillo, plano, en la palma de la mano. Después, golpéalo con el martillo exactamente en el centro.
No te preocupes por el golpe, ya que no te ocasionará el menor daño, pero conseguirá romper el ladrillo por la mitad
He aquí el porqué
El ladrillo tiene inercia, es decir, la tendencia a permanecer en su sitio, y no moverse. El ladrillo se rompe por que el martillo obliga al centro a moverse, mientras que los extremos, a causa de la inercia, se retrasan en el movimiento.
Los músculos de tu brazo son flexibles y se mueven hacia abajo como un muelle cuando cae el martillo, absorviendo el impacto del golpe. No intentes este juego apoyando la mano sobre algo; en este caso, tu mano se hallaría en la misma situación que el ladrillo... y podría resultarte sumamente doloroso.