La Sábana Santa es un “reto a la inteligencia” por la extraordinaria crónica visual que ofrece de la Pasión de Cristo. “Dado que no se trata de una materia de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo que, según la tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue depuesto de la Cruz” (Juan Pablo II ante la Sábana Santa, Turín, Italia, 1998).

La Sindone o Sábana Santa es un lienzo de lino de 4.3 metros de longitud por 1,1 de anchura. Sobre ella se encuentra impresa por medios desconocidos la silueta de un hombre, más concretamente a juzgar por los indicios forenses de un cadáver. Todo parece indicar que se trataba de un varón de aproximadamente 1,81 metros de altura. Tenía barba. bigote y una melena hasta los hombros peinada con raya en medio. La imagen está impresa por una sola cara del lienzo. En los extremos tiene dos líneas paralelas oscuras con triángulos blancos, marcas de quemaduras causadas por un incendio ocurrido en 1532. No existe ninguna traza que indique que la imagen haya sido pintada con pincel o cualquier otro método convencional. Para millones de creyentes de todo el planeta se trata de la mortaja que envolvió a Jesús de Nazaret después de la Crucifixión, sobre la cual su imagen quedó impresa de forma milagrosa.

Existen diferentes términos para referirse al lienzo de Turín. Los italianos lo llaman Sindone, que deriva del griego sindon y alude a una pieza de tela que puede ser usada como mortaja fúnebre de acuerdo con el rito judío. Técnicamente, la palabra ‘sudario’ se refiere a una tela cuadrangular con la impronta de la cara de Jesús que, según la tradición y los Evangelios, se utilizó para cubrir concretamente el rostro del cadáver. El término suele usarse para referirse al lienzo en su totalidad, especialmente y de manera impropia en español y francés.

Tecnicamente, la palabra "sudario" se refiere a una tela cuadrangular con la impronta de la cara de Jesus que, segun la tradicion y los evangelios, se utilizo para concretamente el rostro del cadaver.

Después de que se diese oficialmente por muerto a Jesús, su discípulo José de Arimatea envolvió el cuerpo en una sábana nueva y depositó el cadáver en una tumba excavada en una roca que se encontraba en un solar de su propiedad. Según el Evangelio de Juan, los apóstoles Juan y Pedro llegaron al sepulcro de Jesús poco despues de su Resurreccion y encontraron las "ropas de lino" que habian envuelto su cuerpo.

Existen testimonios del siglo II que hablan de una tela con la imagen del rostro de Jesús encontrada en Edessa (hoy Urfa, en el este de Turquía). Mas tarde, durante la restauración de la iglesia de Santa Sofía, se produjo el hallazgo de un pañuelo con la faz de Cristo al que se llamó Mandylion. En el año 944 el ejército bizantino tomó el sultanato de Edessa, se apoderó del Mandylion y lo llevó a Constantinopla en una solemne procesión.

La invencion de la fotografia permitio descubrir una de las caracteristicas mas asombrosas de la sabana santa

Se cree que el Mandylion era el Santo Sudario plegado ocho veces, de modo que sólo se veía el rostro. La reliquia era expuesta todos los viernes en la capital del Imperio Bizantino.

Así es como se encuentra actualmente la Sábana Santa tras la última restauración

OBISPOS ESCEPTICOS

La pista de la sagrada reliquia se perdió y prácticamente no se recuperó hasta el año 1367, cuando apareció en Lirey (Francia). La parroquia de este pequeño pueblo de la región de Champagne fue legataria de una tela de 4 metros de longitud por 1,10 de anchura por voluntad de Godofredo de Charney, descendiente de una familia de cruzados. Posteriormente el lienzo estuvo un siglo en manos del Ducado de Saboya y en 1506 fue confiado a los canónigos de Chambery. Desde 1578 la Sábana Santa se halla en la catedral de Turín. Los Saboya fueron propietarios de la reliquia hasta que en 1983 se la legaron al papa Juan Pablo II.

Se retiraron los 30 parches que fueron cosidos a la sabana santa por los hermanos de la orden de santa Clara para reparar el daño que habia sufrido durante el incendio de 1532.

Contra lo que hubiera sido lógico esperar, la jerarquía eclesiástica manifestó desde el principio su oposición a la autenticidad del lienzo. Enrique de Poitiers, obispo de Troyes (Francia), lo denunció como un fraude y ordenó que dejara de ser expuesto. Una conducta similar tuvo Pedro dArcis, su sucesor, cuando volvió a exponerse la reliquia. Éste fue más allá y a finales de 1389 escribió al papa Clemente VII pidiendo su ayuda para acabar con el engaño.

Actualmente se encuentra en la capilla real de la catedral de San Juan Bautista, en Turín. Muchas personas creen que se trata de la tela que cubrió a Jesús de Nazaret en el sepulcro y que durante su Resurrección su silueta quedó grabada de algún modo en las fibras. Los escépticos arguyen que el sudario es un fraude o una falsificación medieval. El origen del lienzo y de sus imágenes es todavía materia de intenso debate entre científicos, creyentes, historiadores y escritores.

Entre junio y julio de 2002 se llevó a cabo una importante restauración de la Sábana
Santa. Se retiraron los 30 parches que fueron cosidos a la tela por las hermanas de la Orden de Santa Clara en 1534 para reparar el daño que había sufrido durante el incendio de 1532.

La tela soporte conocida como tela Holland, que se añadió al mismo tiempo que los parches, también se retiró y se cambió por otra tela nueva de color más claro; ésta puede verse a través de los agujeros quemados.

¿Puede ser este el rostro del hombre de la sabana santa?

La figura que aparece en la Sábana tiene manchas de sangre en los lugares correspondientes al relato bíblico de la Pasión. Se aprecian los latigazos, lo que parece ser una herida incisa de lanza entre el quinto y el sexto espacios intercostales y la hemorragia causada por la corona de espinas. En diciembre de 1982 un equipo de forenses identificó esta sangre como humana, más concretamente del grupo AB.

En 1932 el patólogo forense Pierre Barbet comenzó a estudiar la imagen desde el punto de vista médico. Lo primero que intrigó al doctor Barbet fue la posición de las heridas causadas por los clavos en las muñecas y no en las palmas de las manos. como se representa tradicionalmente. Experimentando con cadáveres descubrió la carne de las manos no puede soportar el peso del cuerpo muerto, y Menos el de un cuerpo vivo que se contorsiona: la carne se desgarra rápidamente. desde el siglo IV de nuestra era no se practicaron más crucifixiones, era logico que los pintores ignorasen el procedimiento. Barbet descubrió que la única forma de crucificar un cuerpo era atravesando cada brazo con un clavo a la altura de la muñeca, como se veía en el lienzo. Además, un clavo colocado así dañaría el nervio mediano, provocando la retracción involuntaria del pulgar hacia la palma de la mano, otro hecho evidente y poco conocido que aparece en la Sábana Santa.

EN TRES DIMENSIONES

El botánico suizo Max Frei localizó en la superficie del lienzo muestras de pólenes
que corresponden a todos los lugares en los que se dice que ha estado, desde la
Palestina del siglo 1 hasta la Italia actual, pasando por Turquía y Francia.

Cuando en 1898 Secondo Pía hizo las primeras fotografías de la reliquia, se llevó una tremenda sorpresa al descubrir que la imagen impresa en el lienzo era un negativo fotográfico natural. Éste fue uno de los grandes hitos a favor de la autenticidad de la Sábana Santa, ya que hasta la invención de la fotografía no existía método técnico alguno para imprimir una imagen de estas características. La mayor cantidad de datos sobre la reliquia procede de los estudios que realizó a partir de 1977 un grupo de científicos dirigidos por los doctores John Jackson y Eric J. Jumper, profesores de Física y de Ciencias Aeronáuticas, respectivamente, en la Academia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en Denver y en el centro de la NASA en Pasadena. Dicho equipo, compuesto inicialmente por científicos norteamericanos y denominado STUPP (siglas en inglés de Proyecto de Investigación sobre la Sindone de Turín), comprobó que la imagen impresa en el lienzo es completamente tridimensional.

Las cronicas mediavales relatan el periplo de la sabana santa

Por contra, la credibilidad de la Sábana Santa sufrió un serio revés cuando en 1988 Míchael Tite, del Museo Británico, dato el objeto mediante la tecnica del carbono 14 entre los años 1260 y 1390. Para hacer la prueba se designaron tres laboratorios: en Oxford, Zúrich y Arizona. Los responsables del lienzo en Turín hicieron llegar a los laboratorios cuatro muestras sin identificación: una era un fragmento de la Sábana Santa y las otras tres eran muestras de control. Los exámenes resultaron polémicos. La contaminación del lienzo con un porcentaje de hidrógeno muy superior al normal debido a los incendios que ha soportado a lo largo de la historia hizo que los exámenes no fueran completamente fiables. La Sábana Santa fue sometida a una temperatura altísima, hasta el punto de que algunas gotas de plata licuada por el calor y procedentes de la urna en que estaba guardada la agujerearon.

Max Frei localizo en la superficie de la sabana santa muestras de polenes que corresponde, desde la Palestina del siglo I hasta la italia actual, pasando por Turquia y Francia.

Algunos plantearon la duda de si esto podría haber alterado la relación entre el carbono radiactivo del tejido y el no radiactivo, lo cual habría variado automáticamente el resultado de la prueba del carbono 14. Pues bien, un químico ruso, Dimitri Kouznevtov, efectuó una simulación de incendio con fragmentos de lino de Palestina de la época que va del siglo 1 a.C. al siglo 1 d.C. y, al realizar la prueba del carbono 14, resultó que la tela había rejuvenecido hasta el siglo IX. Visto el resultado de esta prueba, el director del Centro Internacional de Sindonología, Pierluigi Baima Bollone, ha encargado al Centro de Investigaciones Científicas de Nápoles que realice experimentos con fragmentos de lino hallados en las ruinas de Pompeya (año 79 d.C.) y los compare con el lino de la Sábana Santa. Si estas nuevas pruebas confirman los resultados de Kouznevtov, las pruebas del carbono 14 realizadas anteriormente quedarían invalidadas.

Actualmente se ha planteado la posibilidad de extraer ADN de las manchas de sangre del sudario. Los más atrevidos han hablado incluso de clonación

UNA MONEDA EN CADA OJO

La forma en que fue impresa la imagen continúa siendo un misterio. La hipótesis más aceptada es que se trata de algún tipo de quemadura producida por radiación, no por contacto con objetos incandescentes. El biofísico francés Jean-Baptiste Rinaudo, investigador de medicina nuclear en Montpellier, atribuye el origen de la imagen a una irradiación instantánea de protones emitidos por el cuerpo muerto del crucificado bajo el efecto de una energía desconocida. Rinaudo considera que los átomos implicados en este fenómeno que ha podido reproducir experimentalmente son los del deuterio, presentes en la materia orgánica. Cada átomo está formado por un protón y un neutrón. Los protones podrían haber compuesto la imagen y los neutrones habrían irradiado el tejido, enriqueciéndolo en carbono 14, lo cual habría falseado la datación.

En 1996 se realizó otro descubrimiento asombroso: sobre cada uno de los ojos del cadáver se había colocado una moneda, práctica funeraria habitual del siglo 1. Más aún, las piezas en cuestión fueron identificadas como monedas romanas en circulación en la época de la crucifixión de Jesús de Nazaret.

Otro dato sorprendente es que cerca del 50% de la piel del cuerpo que envolvió la tela estaba herida; el cuerpo salió del lienzo sin deshacer el envoltorio, ya que no hay marcas de arrastre ni restregones de sangre.

La mayoría de la información científica sobre la Sábana ha sido recopilada en el curso de casi un siglo de investigación, documentación y ensayos de laboratorio a través de los cuales los científicos han intentado descubrir su naturaleza fundamental. Estos estudios han dado lugar al nacimiento de una disciplina científica autónoma, la sindonología, que implica el concurso de una amplia gama de campos teóricos, tales como la biología, la física, la arqueología, las ciencias forenses, la informática y la teoría de la probabilidad.